martes, octubre 30, 2007

La Objeción de INconciencia



¿Desde cuándo las empresas hacen uso de la objeción de conciencia? Eso me pregunto. Ahora con esa misma excusa para no vender ni tener en sus estanterías la famosa 'píldora del día después' o Postinor 2, las más grandes cadenas de farmacias chilenas han puesto el grito en el cielo por la exigencia del Ministerio de Salud de tener a disposición de la población el fármaco en cuestión.

La exigencia del Minsal vino precedida de una multa a cada farmacia por cerca de 34 millones de pesos, una suma bastante insignificante para estos "monstruos" en su rubro.

Pero yendo al grano, es inusitado que una empresa -sobre todo con la responsabilidad sanitaria y en consecuencia social que cumple una farmacia- se adjudique el derecho de vender o no la pastilla, decidiendo "por todos".

El problema se agrava cuando esa decisión empresarial abarca, influye o perjudica a cientos, miles y millones de mujeres y parejas que no pueden encontrar el fármaco cuando la necesitan. Sí, porque es una "opción" recurrir al fármaco, y ese derecho está siendo negado por farmacias debido a su propia e individual oposición.

Toda mujer tiene el pleno derecho a decidir sobre su maternidad y esa esencial decisión es negada por dueños o directorios de farmacias como Salcobrand, Cruz Verde y Ahumada, que juntas concentran más del 80 % del mercado nacional.

Si bien existen variados métodos anticonceptivos para las parejas y así evitar un embarazo no deseado, está claro que recurrir a la pastillita es una última opción cuando no se han tomado las precauciones. Y claro está que quien no esté de acuerdo con la píldora no la tomará, aunque hipócritamente sí adquieren otros métodos anticonceptivos (pastillas, condones, anillos vaginales, parches, etc.)

¿O acaso los empresarios o dueños de farmacias se cuestionan, confiesan o autoflagelan cuando sus hijas o esposas adquieren mensualmente sus pastillas anticonceptivas, o peor aún, cuando han debido llevar a sus retoños o mujeres a realizarse un aborto, porque ya no hay otra salida?

Aparte de hipócrita y cínica, como es esa postura, ahora las farmacias nos hacen creer que ellos no incluyen a la 'píldora del día después' en su Formulario Nacional porque "el embarazo no es una enfermedad", y sus medicamentos son sólo para atacar "enfermedades".

Este argumento se cae a pedazos cuando sabemos que este comercio también vende las pastillas anticonceptivas que las mujeres que conocemos han tomado toda una vida, además de: condones, anillos vaginales, espermicidas, diafragmas y dispositivos intrauterinos (diu), los que ni siquiera previenen Enfermedades de Transmisión Sexual (ETS), salvo el condón. Prevención que sí daría un fármaco contra una enfermedad, pero ni eso hacen. Entonces su objetivo es finalmente impedir el embarazo, el que como "nos informaron" no es una enfermedad.

Ahora, observando el tema desde más afuera, estas actitudes que han sido recurrente entre grandes concentrados de poder y empresarios, siempre nos será común dándose cuenta que la mayoría de ellos corresponden a entes conservadores, que responden al mismo sector ideológico e incluso político, donde su irrestricta moral valórica (acuñada desde colegios y ambiente ultraconservadores) es disfrazada a menudo del infaltable doble estándar moral, cinismo y pacatería.

Por ello no debería extrañarnos estas actitudes supuestamente "Pro-vida" que adoptan de vez en cuando, cuando tratan de vender su concepto valórico a una población libre, soberana y que está cansada que la traten de estúpida.

Google