lunes, octubre 30, 2006

Conexión en la sala


Uff… quizás sea una acción algo voyerista, pero siempre me ha gustado ver las caras y las expresiones de la gente mientras ven una película en los cines, al tiempo que pasa alguna escena impactante o sentida, no puedo evitar ver la reacción del público en la oscuridad. Sentado, casi camuflado en mi butaca, eso sí, sin perderle pie a la cinta por la que pagué por ver.

Sin embargo ese no es el tema que me convoca. Más bien se explica también al interior del cine, pero en especial cuando vas a ver una buena película. Bueno, eso sólo lo sabes cuando ya has salido de la sala, por las referencias que tuviste o simplemente porque te quedaste pegado en tu asiento, mientras los créditos pasan y no puedes despertar de lo entrañable que acabas de ver.


He allí lo memorable de una weena película. Si vas acompañado o con alguien que guste del cine tanto como uno (por suerte he tenido ese privilegio), cuando las manos se comienzan a apretar más que por la simple costumbre, sino por las sensaciones y reacciones que estás viviendo en el momento. Ese estrechamiento, cuando algo de verdad te llega y te refleja en la pantalla, es lo reconfortante y enriquecedor de aquellos segundos.

Porque, quizás, al cine vamos para escapar de todo, desconectarnos y aislarnos del entorno, de nuestra rutinaria vida, vamos para huir de la humanidad. Pero paradójicamente, una vez adentro, lo único que deseamos es imbuirnos de esa humanidad, vamos para que algo nos conecte con ella, más allá de todo, vamos a volver a encontrarnos con la vida misma. Y eso precisamente nos hace sentirnos partes de un todo, un poco más vivos.

Y notamos finalmente que las historias y tragedias se repiten tanto en nuestra misma ciudad o comuna como en Palestina, Santiago, Nueva York o cualquier parte del planeta, da igual. Y que vibramos y nos emocionamos con todas por igual. Porque el cine no es más que un lugar donde volvemos a encontrarnos y reencontrarnos con nosotros y con los demás. Donde todos juntos y sin tapujos podemos reír, llorar y soñar, donde podemos sentir una catarsis colectiva. Y sólo con dos horas de duración salimos satisfechos o quizás con la garganta encogida, pero con una sonrisa por dentro.

3 Comments:

At 9:41 p. m., Blogger Dalbrecht78 said...

Vaya vaya... que sorpresa. Mientras esperaba algun testamento sobre la ficticia lucha que Venechavez daba en contra del imperialismo caricaturesco de EEUU en los salones de la ONU; o referencias directas al silencio que deberia guardar la derecha frente al escandalo concerrtacionista de Chiledeportes, pues la derecha es pinochetista, Longueira, que la tiene corteira, y toda esa faramalla; e incluso escupir baba destajo por la mina de oro que el dictador debe tener guardada en alguna punta de sus tentaculos financieros alrededor del mundo, y de pasadita, los manejos oscuros de los poderes facticos para demostrar que el oro no esta al final de arcoiris legal contra Pinochet.


Pero no. me encuentro con un lucido texto sobre sentimientos y sensaciones que generan la asistencia al cine con alguien importante. Porque, nuevamente, disentimos.

Creo que la validcez de los apretones de manos frente a la pantalla de oro los otorga los sentimientos en comun que generan las pelis, no tanto el background cinefilo del partner.

Pero como fana del cine, igual hay pelis que prefiero ver solo. Y he descubierto la delicia de ver pelis en la casa de uno, fumando a destajo, bebiendo el alcohol de preferencia y, dependiendo del director, fumandose un huiro de dimensiones dantescas.

Eso es lo mejor.

 
At 12:47 p. m., Blogger Dany DS said...

Súper buen comentario.
El cine tiene algo que hace que volemos de donde estemos y nos situemos en la historia, me gusta esa magia (como decía la Marce en el post).
Es agradable poder sentarse y querer ser parte de la historia, a mi siempre me pasa eso cuando veo una buena película...me dan ganas de estar en la historia, que me pase lo mismo...es bastante loco pero todo es parte de ser amante de las películas jeje.

beso amigo chauuu

 
At 12:54 a. m., Anonymous Anónimo said...

Elizabeth:
Uf esta wenisimo el comentario y dfinitivamente la sensacion es esa, aunque no me dedico a mirar caras, por que me meto tanto que el egoismo me consume, solo me voy para adentro y vivo las romanticas con un cosquilleo en la guata definitivamente adictivo "minas", las de suspenso undida en el asiento, las sangrientas pilliscando al de al lado o apretando el asiento.
Pero definitivamente las mejores son aquellas que te quedas agarrado a asiento tratando de digerir todo lo que pasa por Tu mente, comprender si eso es real, si ocurre, si te ocurrira o simplemente que la realidad es peor, bueno ayer vi la ciencia del sueño, y me quede pegada al asiento, mientras intentava digerir la realidad de la ficcion, es una pelicula que te demuestra que los sueños pueden ser entretenidos y a la vez muy peligrosos, vivir alegremnete pero no estar incerto en la locura, en fin el cine logra tantas cosas, pero si solo nos detuvieramos a mirar nuestras vidas de vez en cuando, les aseguro que nos quedariamos pegados al asiento.
Espero que vengan otros tan buenos como el comentario de sala, definitivamente cuando algo tiene emocion y no solo objetividades, criticas tiene un dulce sabor.

 

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