viernes, mayo 12, 2006

PARAISO AHORA


Quizás, parte del público que entró a ver esta película palestina sobre jóvenes suicidas, lo hizo con la idea de que se encontraría con unos cuantos baños de sangre contados desde una perspectiva más in-situ, claro, al ser un filme de la región misma donde se liberan los enfrentamientos palestinos-israelitas. Más aún con la notoria leyenda que se leía en la publicidad de los cines, la cual rezaba: “24 horas en la mente de un Kamikaze”.

Pero no. La apacible vida de dos amigos de infancia en la ciudad palestina de Nablus transcurre tranquila hasta que son contactados para cumplir la misión suicida, su destino para llegar a la libertad espiritual, según sus preceptos. Ni siquiera la aparición de Suha en la vida de Said es capaz de salvarlo del destino que él mismo se fabrica, al contrario de su amigo Khaled, quien logra ver más allá del golpe inmediatista que significa inmolarse en un lugar público enemigo. En este caso, la ciudad israelí de Tel Aviv.

Una historia llena de contradicciones y paradojas, partiendo con la misma aplicación del plan suicida que falla en distintas partes y que termina por separar a los compañeros, situación que aprovecha de dejar en el tapete las necesarias dudas y replanteamientos que supone un atentado kamikaze: Muerte por más muerte, venganza por venganza, un camino sin retorno. Como el que viven hoy Israel y Palestina.


Muy por el contrario como muchos dijeron, esta película no justifica el terrorismo por justificarlo, lo enmarca en una realidad social cruda y asfixiante en la que vive el pueblo palestino y en las escasas oportunidades laborales que vive su gente. Y claro, una de las vías de escape es prestarse como “bomba- humana” para inmolarse en nombre de Alá y la liberación de su pueblo.

Paraíso Ahora, más bien, humaniza una realidad desde su interior y la expone a una sociedad cada vez más habituada a este tipo de hechos que se repiten día a día tanto en ‘Tierra Santa’ como en Irak. Si bien, una sociedad polarizada por el dolor y la tragedia no puede abstenerse de sentir sed de venganza y justicia, hay muchos que ven otra salida, como Suha, y otros no ven otro fin que su sacrificio en beneficio de su lucha.

El director palestino Hany Abu-Assad, también guionista de esta premiada película (Ganadora del Oso de Berlín a Mejor película europea, y galardonada con el Premio del público y el Premio Amnistía Internacional en el Festival de Cine de Berlín 2005 y nominada a mejor filme extranjero en los pasados Oscar), busca desentrañar las temáticas sociales de su tierra y ponerlas en el tapete de la actualidad, asistido con actores palestinos novatos y desconocidos que hacen aún más creíbles sus roles y vivencias.

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